3 mar 2011

JEAN - BAPTISTE COLBERT





El mercantilismo es un conjunto de ideas económicas que considera que la prosperidad de una nación o estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable.

El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles.

Jean-Baptiste Colbert (1619-1683), político francés, ministro de Luis XIV, que trató de reorganizar la estructura económica de Francia con el fin de incrementar los ingresos y crear un país autosuficiente. Su origen plebeyo y su eficiencia burocrática llegaron a hacerle tan leal e imprescindible para el rey (que le nombró marqués de Seignelay) como detestado por la corte. Procedente de una familia de mercaderes, entró al servicio de la Administración real y en 1651 se convirtió en secretario personal de Mazarino. Antes de morir en 1661, Giulio Mazarino recomendó a Colbert ante el joven rey para un ascenso. Al principio Colbert no desempeñó ningún cargo, pero como abogado del rey entabló una acción judicial contra el superintendente de finanzas por malversación de fondos. En 1665 Colbert fue nombrado controlador general de finanzas.

Su dirección de los asuntos económicos de Francia permitió una época de esplendor y expansión. Reorganizó la Hacienda potenciando los impuestos indirectos sobre los directos. Mejoró las comunicaciones, red de carreteras y flota mercante, para potenciar el comercio interior y exterior. Mercantilista y proteccionista, considera la economía mundial como un juego en la que los países sólo pueden enriquecerse empobreciendo a los vecinos lo que se consigue mediante guerras comerciales. Es el creador de las grandes manufacturas reales, cuyos productos de cuidada calidad estaban destinados a la exportación. Fomenta la creación de grandes empresas y Compañías de Indias.

Colbert estableció: "El comercio causa un conflicto perpetuo, tanto en tiempos de guerra como de paz, entre las naciones de Europa, en lo que respecta a quién debería llevarse la mayor parte. Los holandeses, ingleses y franceses son los actores en este conflicto". Puesto que una nación podía ampliar el comercio y, por consiguiente, su prosperidad en detrimento de otras, para los mercantilistas la actividad económica era la guerra que se libraba con medios pacíficos.

Colbert se había preocupado por irse haciendo una fortuna personal con la gestión de negocios ajenos, al tiempo que acumulaba pruebas contra el superintendente Fouquet, cuyo puesto ambicionaba; finalmente consiguió la caída de Fouquet y acumuló los puestos de superintendente de Construcciones y Manufacturas (1664), controlador general de Finanzas (1665), secretario de la Casa del Rey (1668) y secretario de Marina (1669). Ennobleció a su familia y la convirtió en un clan que dominaba puestos claves de la Monarquía, aumentando así su poder y el odio que le tenía la nobleza.

Durante su gobierno, Colbert acabó con la corrupción que había marcado la era de Mazarino y abrió un periodo de prosperidad económica. Siguiendo en gran medida la línea política de Richelieu, creó y fomentó manufacturas; frenó las importaciones e incentivó las exportaciones; construyó carreteras, canales y puertos; impulsó el comercio creando compañías con participación estatal; amplió la flota; y puso las bases de la expansión colonial francesa en Canadá, las Antillas y Extremo Oriente.
Con todo ello convirtió a Francia en la primera potencia europea en el terreno industrial, consiguiendo una balanza comercial favorable, que era como creía que cada país acrecentaba sus reservas de metales preciosos y, por tanto, su riqueza, arrebatándosela a los países vecinos. Según las ideas del mercantilismo, esta política proteccionista e intervencionista estaba destinada a crear las bases económicas sobre las que reposaría la fuerza de la Monarquía; para hacer llegar la nueva riqueza a las arcas reales, reformó el sistema tributario haciéndolo más eficiente y racional.

El intervencionismo estatal no se limitó a lo económico: en gran parte se debe a Colbert la labor de codificación del Derecho, la uniformización administrativa desarrollada por la figura de los intendentes, el mecenazgo real sobre las artes a través de la creación de Academias y la intensa labor constructora del reinado de Luis XIV. Uno de los grandes errores que Colbert fue que no consiguió implantar la libertad en el comercio interior, sacrificó la agricultura a los intereses comerciales y la mayor parte de las compañías que creó acabaron fracasando.

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